martes, 15 de noviembre de 2011

Dia 41: Una horrible experiencia

Querido diario:

No me quito de la cabeza la imagen de aquella niña llorando frente al cadáver de su padre, asesinado por Gasparde… ya era duro perder a un padre, pero que alguien lo asesinara ante sus ojos… eso es imperdonable… Sin embargo, ya algunos habían intentado enfrentarse a Gasparde… y los que no morían, acababan muy malheridos…

Viendo cómo estaban las cosas, pensé en que lo mejor sería acabar con el problema sin enfrentarse a él… era una solución un tanto cobarde, pero no tenía alternativa… En una palabra: “Sabotaje”… Espere a que fuera de noche para hacerlo y también espere a que Gasparde saliera, ya que solía salir por las noches del barco… Me cubrí con una capa negra con capucha y con cuidado de que no me vieran me colé en el galeón… Allí fui por todas partes buscando un modo de sabotear el barco… Sin embargo, el barco era demasiado grande y antes de que me diese cuenta ya habían vuelto… trate de huir, pero estaba allí toda la tripulación y enseguida me capturaron…

Me tenían atada con grilletes de pies y manos en una habitación y estaban a punto de torturarme… pero al parecer Gasparde cambió de opinión al verme de cerca… A cambio de mi libertad me propuso entretenerle a él y a su tripulación… debía caminar frente a ellos totalmente desnuda… yo no quería hacerlo, pero amenazó con matar a los niños del pueblo… Si hubiera tenido elección, prefería que me hubiese torturado o que me matase… pero no me quedó más remedio…

Lo primero que hicieron fue quitarme los grilletes y llevarme hacia un aseo donde me obligaron a bañarme… Salí de allí cubierta con una manta y me llevaron a una zona donde estaba reunida toda la tripulación… allí me quitaron la manta y tuve que caminar rodeando la sala, tras lo que debía pararme en un lugar alto de esa sala… en ese momento lo que sentí fue furia, humillación y ganas de llorar… pero debía hacerlo por los niños… no podía dejar que murieran… Prefería mil veces sacrificarme yo a tener que dejar que les hicieran daño…

Una hora más tarde me dejaron volver a casa, pero debía hacerlo sola y sin ropa… por suerte era más de medianoche y todo el mundo dormía… Al llegar a casa, lo primero que hice fue ir a mi habitación y meterme en la cama… y me tapé rápidamente con las sábanas… no quería salir de ahí para nada… ni siquiera para vestirme… y las ganas de llorar que tenía antes, las solté en ese momento… Jamás me había sentido tan humillada… fue lo más horrible que me habían hecho en toda mi vida…

En ese momento perdí la esperanza… no podía hacer más que aceptar el destino que nos había tocado… Cuando me pude calmar un poco, salí de la cama aún cubierta con las sábanas y fui hacia la ventana mirando la luna… En ese instante pensé en mi padre… en que ojalá vuelva pronto… quiero que vuelva cuanto antes y como sea… Papá… ojalá que estés donde estés te encuentres bien y estés a salvo… porque yo estoy prácticamente viviendo un infierno…

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